En los primeros años del siglo XVII el banquero español Juan Enríquez de Herrera encargó a Annibale Carracci (1560-1609) la decoración de su capilla en la iglesia de Santiago de los Españoles de Roma, en esos momentos un símbolo del poder político y religioso de la Monarquía Hispánica. El ciclo de frescos, realizado por Carracci en torno a 1604-5 con otros integrantes de su círculo, preferentemente Francesco Albani, presenta varias escenas de la vida de san Diego de Alcalá, franciscano andaluz canonizado en 1588.
Tras el arranque de las pinturas de los muros de la capilla en la década de 1830 a causa del deterioro de la iglesia, en julio de 1850 el embajador de España en Roma, Francisco Martínez de la Rosa, obtuvo los permisos para su exportación a Barcelona. De los diecinueve fragmentos de pintura mural existentes, más la tabla del altar, solo dieciséis llegaron a Barcelona, donde permanecieron nueve de ellos, los más grandes, mientras que otros siete tomaron rumbo a Madrid. Los tres restantes fueron depositados en la iglesia romana de Santa María de Montserrat, donde no han podido ser localizados. Allí se trasladó también el cuadro del altar, donde hoy continúa.
El estado de conservación de las pinturas, custodiadas hoy en el Museo del Prado y el Museu Nacional d’Art de Catalunya, así como, en el caso de las del Prado, su larga estancia en los almacenes, supusieron un serio inconveniente para el estudio, conocimiento y puesta en valor del que fue el encargo más importante recibido por Carracci en el final de su carrera.
Este libro ha reunido, por primera vez, todo el conjunto sobreviviente, restaurado recientemente. En él se incluyen ensayos de relevantes especialistas que lo estudian con profundidad y rigor.
Con textos de Daniele Benati, Patrizia Cavazzini, Ignacio Fernández, Paz Marquès, Mireia Mestre, Ilaria Miarelli Mariani, Maria Cristina Terzaghi, Andrés Úbeda de los Cobos, Aidan Weston-Lewis.
ISBN: 978-84-8480-569-4